Las ausencias no son porque así se deseen, a veces son por cuestiones que escapan de nuestras manos, creo que últimamente menciono mucho que no siempre tengo algo que decir, pero otras veces es todo lo contrario. ¿Qué ha pasado?, de todo un poco.
Cuando por fin te decides por alguien, sucede algo que impide todo, o alguna de las partes no es honesta. Me decidí por ella, recuerdan, cuando tenía dudas... Para nada, para descubrir que a la final no va a funcionar, porque lamentablemente te convertiste en el clavo que sacará al otro clavo.
Y no es que un día yo me haya levantado y haya dicho: NO SERÉ ESE CLAVO. Pero, en realidad, no está en mi lista de cosas por hacer. Yo no puedo ser el salvoconducto de alguien, no puede esperar/pretender que yo sea quién le diga que es lo que realmente siente, cuando ni yo mismo sé lo que yo siento a veces.
Tampoco yo puedo esperar que la relación de 3 años que ella tenía, desaparezca así por así. Pero no fui yo quién empezó todo este juego... (Por supuesto no crean que esto es de ahorita ya, en todo este tiempo que no escribí pasaron muchísimas cosas). Yo me rendí, no voy a luchar contra ese muro que ella tiene con él, no quiero comenzar a darle con un cincel hasta que por fin pueda derribarlo, y así conseguir que ella me pueda querer como yo quiero que lo haga.
Así que deje de verla... Pero cómo dicen, cuando se cierra una puerta, se abren mil ventanas, lo que trajo una grata sorpresa a mi casa. Que a decir verdad, ahora atesoro en mi corazón, allí dónde están los mejores recuerdos que tengo, fueron 24 horas que recordaré segundo a segundo.
Creo que ya estoy comenzando a verle un poco más de forma a mi vida.
Omega
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