“Quiero comprometerme contigo, no quiero dejarte ir”, así me dijo él, tocando mi mano y viéndome a los ojos el 17 de diciembre del 2011. Recuerdo que mi mano no dejaba de sudar, de mi boca no salió ninguna palabra, había quedado mudo.
Cuando entre en razón la felicidad que sentía no sé cómo explicarla, es que siempre quise escuchar esas palabras de su boca. Esa noche llegamos a mi casa comimos y nos fuimos a mi cuarto… Recuerdo que hicimos el amor, nos hicimos uno. La experiencia de volver a sentir su pecho, sus besos, su barba fue lo mejor.
Amaneció y desperté lo primero que vi al abrir mis ojos fue a él dormido a mi lado, recordar eso es pensar en que quiero despertar todos los días de mi vida a tu lado. Pero ¿qué pasará? Esa es mi pregunta diaria.
En unos meses termino la universidad… en unos meses parto de mi país para estar junto a él. Nuestros cuerpos nos piden volver a estar juntos, nos necesitamos. Que viniera en diciembre a pasar el fin de año conmigo fue la prueba de amor más grande que me ha dado.
Este es nuestro año y vamos a cumplir nuestra meta que es volver a estar juntos sin volvernos a separar. Quiero dejar de tener este vacío en mi estomago por no estar a tu lado, quiero dormir contigo todos los días de mi vida (así me dejes sin cobija) te amo sin “peros” y eres mi meta de este nuevo año.
Alfa